Errores más comunes de un fundador: por qué la mayoría de startups no necesitan un CTO, sino un CTO-as-a-Service
- Doga Oflazoglu
- hace 1 día
- 1 Min. de lectura

En los primeros meses de una startup, cada decisión importa. Muchos fundadores corren a fichar a un CTO a tiempo completo pensando que así ganan credibilidad, estabilidad y experiencia técnica. La realidad es que, esa jugada suele traer tensión financiera y una mayor gestión de la cuenta de resultados que de clientes y expectativas desalineadas.
La mayoría de startups no necesitan un CTO en plantilla. Lo que necesitan es un CTO-as-a-Service: un socio técnico senior, flexible, que marque la dirección y ayude a ejecutar sin la carga fija de un directivo a tiempo completo.
El mito del CTO interno
Contratar un CTO parece un hito para una compañía joven: una forma de decir a los inversores “vamos en serio”. Pero en fases muy iniciales puede llegar sdemasiado pronto.
Aún no hay producto validado, ni caja previsible, ni requisitos técnicos claros. Un salario senior — en torno a 70.000–100.000 € anuales en Europa— quema tu caja, antes de que el negocio pueda sostenerlo. Peor todavía: si el perfil técnico llega demasiado pronto, se puede poner a construir cuando debería estar validando. Meses de picar código antes de confirmar que existe un mercado.
Así es como muchos fundadores se quedan atascados: producto a medias, sin tracción y el presupuesto tiritando.
CTO-as-a-Service: estratégico, escalable y con cabeza
El modelo CTO-as-a-Service corta ese nudo. En vez de incorporar a un responsable técnico en nómina, te apoyas en un equipo externo que combina dirección tecnológica y ejecución como un servicio: bajo demanda y por una fracción del coste.
En Nomu Labs, este enfoque está metido en nuestra filosofía,Iterate & Iterate: lanzar una primera versión rápido, recoger feedback real y evolucionar con intención sin reventar el presupuesto.
Un proceso en tres etapas
Kickstart: un equipo pequeño entrega un MVP en semanas. No buscamos perfección, buscamos validación: algo tangible para probar con usuarios y aprender.
Iterator: con el feedback, el producto evoluciona en sprints cortos. Las decisiones técnicas se toman con agilidad y pragmatismo, no por ego.
Growth: cuando llega la tracción, el mismo equipo pasa a socio estratégico, actuando como tu CTO-as-a-Service: hoja de ruta, arquitectura para escalar y apoyo en montar equipo interno.
El resultado: velocidad y estabilidad. Dirección técnica de primer nivel sin costes fijos innecesarios ni compromisos anticipados.
El valor real: tiempo, dinero y foco
Tiempo: pasas de idea a lanzamiento en semanas, no meses. Sin parones para procesos de selección ni onboarding de un ejecutivo.
Dinero: modelo de suscripción según tu etapa. Evitas quemar runway en un puesto senior antes de tener product-market fit.
Foco: una mirada externa aporta experiencia transversal y criterio objetivo, no inercias internas.
¿Cuándo sí contratar un CTO en plantilla?
Ese momento llega, claro. Cuando hay tracción, financiación alineada y un líder técnico a tiempo completo puede centrarse en escalar, contratar e innovar con una visión de largo plazo. Hasta entonces, lo que manda es la inercia buena: validar, iterar y aprender del cliente. Un CTO-as-a-Service te da exactamente eso: margen para crecer, probar y pivotar sin cuellos de botella técnicos ni financieros.



Comentarios